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5 datos sobre la seguridad vial

Oct 22, 2017   //   by Editor   //   Novedades  //  Comentarios desactivados en 5 datos sobre la seguridad vial

En el libro Cada tragedia en la vía tiene un después de Milagros Socorro y Luis Brito, el cirujano general y oncológico, Yosu Viteri, explica lo siguiente:

  • 99%: son las posibilidades de sobrevivir que tiene una persona si usa cinturón de seguridad al momento de un accidente de tránsito.
  • 60 km: si una persona choca a esta velocidad e impacta con el volante, es como si se cayera de un segundo piso de boca contra el pavimento.
  • 58%: es el riesgo de presentar trauma craneoencefálico si no se usa cinturón de seguridad.
  • La muerte del traumatizado es trimodal: 50% de las muertes se producen casi de inmediato o durante el traslado al hospital; en el transcurso de días u horas fallece 30% como consecuencia de disfunción neurológica; y 20% pierde la vida por fallas múltiples de órganos o por septicemia en el transcurso de los días o semanas luego del trauma.
  • En Venezuela, las muertes aumentan por la tardanza en la llegada de la asistencia o por la asistencia inapropiada.
  • Para 2010: 87 mil era el número de motociclistas que transitaban en la Gran Caracas.

 

 

La seguridad vial: un problema de todos

Oct 4, 2017   //   by Editor   //   Novedades  //  Comentarios desactivados en La seguridad vial: un problema de todos

Desde hace más de medio siglo, los accidentes viales son un problema de salud pública en Venezuela. Así lo sentencia el educador Fedor Hernández Figueroa, licenciando en Educación de la Universidad Central de Venezuela, con formación de postgrado en Salud Pública en la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UCV; y en Salud de los Trabajadores en el Instituto de Altos Estudios Arnoldo Gabaldón en Maracay.

En Venezuela, confirma Hernández Figueroa, la incidencia de casos ha venido aumentando en el tiempo:

La población no ha entendido que los hechos violentos en carreteras son un problema de todos y que no es algo normal. No es cierto que las pérdidas humanas, las lesiones y los costos económicos que los hechos violentos en carretera suponen sean el precio que las sociedades deben pagar por la movilidad permitida por los vehículos, así como el desarrollo económico que impulsan. El asunto debe verse desde otro punto de vista. Debe partirse de una concepción más holística y, definitivamente, conceder mayor importancia a la prevención en todos los niveles del sistema de tránsito. Desde esta perspectiva, es preciso partir de una identificación clara de todos los factores de riesgo implicados en los hechos violentos por tráfico motor; y mitigar sus consecuencias mediante intervenciones en los componentes del sistema, que son, básicamente, el ser humano, el vehículo y la infraestructura vial.

Desde luego, en el factor humano debe incluirse de manera preponderante la conducción bajo los efectos del alcohol y/o drogas, que alteran las condiciones físicas y mentales:

Una de las causas fundamentales de los HVTM es el consumo de alcohol -alega Hernández-. Eso se sabe, pero no se registra. Es importante que toda persona que tenga un choque exija un examen toxicológico al conductor o conductora del otro vehículo. Más aún, todo ciudadano que tenga un accidente debe hacerse ese examen. La OMS es enfática al dictaminar que la conducción a velocidades excesivas o inadecuadas bajo la influencia del alcohol, el sueño o el cansancio y sin dispositivos de protección (como cinturones de seguridad, sillas de seguridad para niños y cascos) para todos los ocupantes del vehículo son factores que contribuyen a choques, fallecimientos y traumatismos graves causados por el tránsito. También deben mencionarse enfermedades como hipertensión y problemas de visión y compromiso de la motricidad.


El vehículo y las vías

El segundo factor es el de las condiciones del vehículo.

Es común, en Venezuela -dice Hernández-la circulación de unidades con fallas en la parte eléctrica, la mecánica y el sistema de frenos, así como con luces en mal estado. Frente a eso deben instrumentarse normas para la seguridad de los vehículos y exigirse un permanente control de los mismos. Si se observaran estas previsiones, no veríamos carros apagados en plena vía, obstruyendo el tránsito y elevando el riesgo de siniestros.

El tercer factor es el de las vías.

—Hay una legislación que establece claramente cómo deben estar construidas las calles y carreteras; y también dice que éstas deben ser supervisadas. Pero el caso es que el sistema vial está muy mal. Tenemos fallas severas de señalización y vías llenas de huecos. Y eso es grave.

Apuesta Hernández Figueroa: “Si todas las instituciones hacen lo que tienen que hacer, la casuística disminuye. No sé exactamente cuál es la cantidad de vigilantes de tránsito por el número de habitantes en nuestro país. Lo que sí es evidente es que esos funcionarios están mal dotados: no tienen los recursos suficientes para hacer el trabajo que les compete. Carecen de radios y motos en cantidad suficiente y en calidad adecuada. Y lo otro es que no siempre son fieles a los principios de la ley… hay prácticas que son vox populi, pero que nadie impide ni castiga”.

Tomado del libro Cada tragedia en la vía tiene un después de Milagros Socorro y Luis Brito.