Accidentes de Tránsito: 10 Causas
Los accidentes de tránsito suceden todos los días, a toda hora, en diferentes partes del mundo. No obstante y dada su frecuencia, existen desencadenantes que fácilmente son controlables con un mínimo de responsabilidad y sentido común a la hora de estar en la vía. Estas son las 10 causas más comunes que propician estos eventos:
- Manejar distraído: Es quizás la causa más común. ¿Cuántas veces no hemos visto o hecho cosas como hablar por teléfono, enviar mensajes o maquillarse mientras se conduce? Cualquier situación que amerite una falta de atención por fracciones de segundos, pueden derivar en accidentes, incluso fatales.
- Exceso de velocidad: Nunca falta el que conduce en autopista sino que “vuela” en ella. El exceder el límite de velocidad no es solo una falta de tránsito, sino también un acto muy peligroso porque mientras más rápido vayas, a tu vehículo le costará más reaccionar en caso de un imprevisto en la vía.
- Conducir bajo efecto del alcohol: “Cuando manejes, no ” Todos deben haber escuchado este slogan miles de veces, pero aun así, lo siguen haciendo. El alcohol en el organismo produce confusión e incapacidad de concentración, produciendo en consecuencia millones de accidentes en el mundo.
- Imprudencia: Acercarse demasiado a otros carros, cambiarse de canal en forma brusca o no dar el paso a otros vehículos, son elementos provocadores de accidentes. Lo correcto es ser colaborador para que la circulación no se detenga.
- Lluvia: La calzada se vuelve resbaladiza y muy peligrosa bajo efecto de la lluvia y puede hacer que se pierda el control del vehículo.
- No respetar el semáforo en rojo: Esto es uno de las causas de accidentes más comunes; en vez de frenar al llegar a un cruce de vías, muchos aceleran bajo la creencia que no viene nadie, y la probabilidad de que alguien cruce del otro lado a alta velocidad es muy alta, por lo que un accidente de esta manera, frecuentemente es mortal.
- Conducir en la oscuridad o en neblina: En visibilidad baja, el riesgo de accidente será el doble, por lo que se debe tratar de manejar con mucho cuidado, procurando la mayor iluminación posible y hasta detenerse si la visibilidad es nula.
- Conducir en forma agresiva: Si tu actitud al volante es pelear con otros conductores o peatones, estarás menos pendiente de las vías. En consecuencia, es importante que no dejarte llevar por la ira para evitar imprudencias.
- Adelantar en curvas: Si no puedes ver lo que viene en sentido contrario, no adelantes. En las curvas, sean verticales u horizontales, no podrás ver si viene un vehículo del otro sentido, por lo que deberás esperar a tener suficiente espacio y visibilidad. No vale la pena arriesgarse solo por ser impaciente.
- Sueño: Conducir por muchas horas hace que la fatiga y el cansancio hagan acto de presencia. Si a lo anterior se suma el no haber dormido bien o haber comido demasiado, todo conspira para que se produzca un accidente. Si sientes sueño detente un momento, estira las piernas y refréscate.