Renovada la alianza con el Comedor Comunitario Centenario
Círculos Femeninos Populares-Mérida es una organización de mujeres de los sectores populares urbanos y rurales de Venezuela, que desde su fundación ha desarrollado acciones de formación de mujeres en programas y proyectos de atención a la infancia y a las familias, así como programas de salud integral, autoestima, liderazgo y prevención de violencia.
En 2012, en el marco de la celebración de los 100 años de Seguros Caracas, la Fundación Seguros Caracas se planteó, en articulación con la sociedad civil, llevar adelante programas que ofrezcan salidas a problemas importantes de salud pública. Fue entonces cuando le solicitó a Círculos Femeninos Populares-Mérida una propuesta que fuera dirigida a asistir a niños en edad escolar del municipio Sucre del estado Mérida.
El objetivo es brindar una comida nutritiva diaria, complementada con un programa de educación nutricional que involucre tanto a los niños beneficiarios del programa como a sus padres, representantes y comunidad en general.
De acuerdo a Sofía Mata, anterior coordinadora general y actual asesora de la ONG, este proyecto hoy en día ha adquirido un papel fundamental, debido a los escases de alimentos y a la pobreza de la población beneficiaria. “El comedor es una especie de escudo protector para los niños beneficiados por esto mismo, la asistencia y demanda por cupos se mantiene alta. Esto reviste gran importancia en la población de Lagunillas, toda vez que el Comedor Comunitario Centenario es el único comedor dirigido a niños y niñas de la comunidad que presta este de servicio”, explica.
El proyecto del Comedor Centenario consiste en “asistir con un desayuno equilibrado y variado que cubra el 35% de los requerimientos de energía y nutriente a cincuenta niños y niñas de entre 3 y 12 años, en situación de vulnerabilidad social fomentando su autoestima y capacidades mediante actividades formativas que involucren a los niños usuarios fomentando la participación y la articulación, comunitarias propiciando la solidaridad y la atención social de sus distintas instancias: padres, madres, representantes y comunidad en general”, señala la asesora.
Afirma también que este comedor supone, en primera instancia, una protección frente al peligro de la desnutrición. Además, permite el fortalecimiento de los hábitos de higiene tales como: lavarse las manos antes y después de comer, utilizar adecuadamente las servilletas, utilizar los cubiertos en forma correcta, no jugar ni tirar la comida fuera del plato, mantener limpia la mesa y el área de la comida, acostumbrarse a comer balanceado.
Igualmente, ayuda a trabajar los hábitos de convivencia y autonomía como: respetar las normas del comedor, no jugar o molestar a los compañeros mientras comen, colaborar con la limpieza en el entorno donde se come, tener buenos modales en la mesa y no hablar a gritos mientras se come, mantener ordenado el espacio después de comer, y aprender a comer de forma autónoma.
Mata señala que “se observó una mayor participación y articulación de padres y madres mostrando una mayor solidaridad y fortalecimiento en temas de salud y nutrición, comprensión de la importancia de los controles de niño sano, de cumplir con el esquema de vacunación, atención odontológica y de salud en general de sus hijos”.
Por otra parte, explica que para la promotora y el personal de apoyo ha significado mejorar sus capacidades en gestión del comedor, manipulación de alimentos, y participación comunitaria, entre otros.
En estos cinco años se han servido un total de 55.920 comidas y 660 personas, entre padres y representantes, han asistido a los 60 talleres que se han dictado sobre temas como salud, nutrición, autoestima, violencia intrafamiliar, prevención de violencia en niños y adolescentes. Asimismo, se han llevado a cabo 30 charlas anuales para los niños sobre convivencia, valores, salud, nutrición, buenos hábito y la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.