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Los hallazgos de un estudio publicado en el Journal of the National Cancer Institute arrojaron que la aparición de diabetes tipo 2 al cumplir 50 años, puede ser una manifestación temprana de cáncer de páncreas.
La investigación estuvo a cargo de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (EE.UU.), y señaló que el cáncer de páncreas es uno de los más graves, con pocas esperanzas de vida, debido a que más de 80% de los pacientes se les diagnostica en etapas avanzadas. Leer más »
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En caso de que ocurra un hecho vial con un vehículo que transporta materiales o sustancias peligrosas y se presente una fuga de fluidos, es necesario:
1 No tocar ni caminar sobre el material derramado.
2 Si el derrame es pequeño, neutralizar o aislar colocando tierra o arena sobre el producto.
3 Si hay un foco de incendio, hacer uso del extintor. Si el incendio es de medianas o grandes proporciones, alejarse inmediatamente. En caso de vehículo incendiado, no debe abrirse el capó ni quitar el tapón del tanque de la gasolina para evitar la explosión.
4 Ubicarse y movilizar a las víctimas a un lugar alto y lo más alejado posible del área del accidente, procurando siempre ir en sentido del viento, para evitar así inhalar o absorber gases tóxicos y que en caso de incendio haya menos posibilidades de alcance del fuego. (Ver gráfico 1). Leer más »
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Desde hace más de medio siglo, los accidentes viales son un problema de salud pública en Venezuela. Así lo sentencia el educador Fedor Hernández Figueroa, licenciando en Educación de la Universidad Central de Venezuela, con formación de postgrado en Salud Pública en la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UCV; y en Salud de los Trabajadores en el Instituto de Altos Estudios Arnoldo Gabaldón en Maracay.
En Venezuela, confirma Hernández Figueroa, la incidencia de casos ha venido aumentando en el tiempo:
—La población no ha entendido que los hechos violentos en carreteras son un problema de todos y que no es algo normal. No es cierto que las pérdidas humanas, las lesiones y los costos económicos que los hechos violentos en carretera suponen sean el precio que las sociedades deben pagar por la movilidad permitida por los vehículos, así como el desarrollo económico que impulsan. El asunto debe verse desde otro punto de vista. Debe partirse de una concepción más holística y, definitivamente, conceder mayor importancia a la prevención en todos los niveles del sistema de tránsito. Desde esta perspectiva, es preciso partir de una identificación clara de todos los factores de riesgo implicados en los hechos violentos por tráfico motor; y mitigar sus consecuencias mediante intervenciones en los componentes del sistema, que son, básicamente, el ser humano, el vehículo y la infraestructura vial.
Desde luego, en el factor humano debe incluirse de manera preponderante la conducción bajo los efectos del alcohol y/o drogas, que alteran las condiciones físicas y mentales:
—Una de las causas fundamentales de los HVTM es el consumo de alcohol -alega Hernández-. Eso se sabe, pero no se registra. Es importante que toda persona que tenga un choque exija un examen toxicológico al conductor o conductora del otro vehículo. Más aún, todo ciudadano que tenga un accidente debe hacerse ese examen. La OMS es enfática al dictaminar que la conducción a velocidades excesivas o inadecuadas bajo la influencia del alcohol, el sueño o el cansancio y sin dispositivos de protección (como cinturones de seguridad, sillas de seguridad para niños y cascos) para todos los ocupantes del vehículo son factores que contribuyen a choques, fallecimientos y traumatismos graves causados por el tránsito. También deben mencionarse enfermedades como hipertensión y problemas de visión y compromiso de la motricidad.
El vehículo y las vías
El segundo factor es el de las condiciones del vehículo.
—Es común, en Venezuela -dice Hernández-la circulación de unidades con fallas en la parte eléctrica, la mecánica y el sistema de frenos, así como con luces en mal estado. Frente a eso deben instrumentarse normas para la seguridad de los vehículos y exigirse un permanente control de los mismos. Si se observaran estas previsiones, no veríamos carros apagados en plena vía, obstruyendo el tránsito y elevando el riesgo de siniestros.
El tercer factor es el de las vías.
—Hay una legislación que establece claramente cómo deben estar construidas las calles y carreteras; y también dice que éstas deben ser supervisadas. Pero el caso es que el sistema vial está muy mal. Tenemos fallas severas de señalización y vías llenas de huecos. Y eso es grave.
Apuesta Hernández Figueroa: “Si todas las instituciones hacen lo que tienen que hacer, la casuística disminuye. No sé exactamente cuál es la cantidad de vigilantes de tránsito por el número de habitantes en nuestro país. Lo que sí es evidente es que esos funcionarios están mal dotados: no tienen los recursos suficientes para hacer el trabajo que les compete. Carecen de radios y motos en cantidad suficiente y en calidad adecuada. Y lo otro es que no siempre son fieles a los principios de la ley… hay prácticas que son vox populi, pero que nadie impide ni castiga”.
Tomado del libro Cada tragedia en la vía tiene un después de Milagros Socorro y Luis Brito.
1.- No muevas el o los vehículos involucrados.
2.- Apaga el vehículo.
3.- Sal inmediatamente del vehículo y toma acciones para el resguardo de tu vida y la de los demás involucrados en el accidente. Observa el área del evento a fin de evaluar y priorizar las acciones de auxilio y prevención: Leer más »
El Observatorio de Seguridad Vial ofrece algunas recomendaciones:
- Actuar en el ámbito de la formación e información de los ciudadanos para introducir los valores de la seguridad vial en todos los espacios de la sociedad. Esto empezaría por integrar materias asociadas a la educación y seguridad vial en todos los niveles educativos: desde preescolar hasta la universidad.
- Reforzar la presencia de las autoridades en el sistema vial: evaluar la posibilidad de rehabilitar el cuerpo de vigilancia de tránsito terrestre para lograr un control más eficiente del sistema nacional de vías.
- Instruir a los usuarios de las vías acerca de los riesgos asociados a cada uno de los roles dentro del sistema vial, cuáles son los comportamientos que los hacen más o menos vulnerables cuando se desplazan por las vías.
- Promover el uso de estructuras necesarias para el correcto funcionamiento del sistema: reforzamiento de rayados peatonales, construcción de pasarelas, delimitación de paradas de transporte público, reparación/restitución de semáforos y señales, entre otros.
- Dar acceso a la sociedad civil y demás entes interesados a la información oficial relacionada con la seguridad vial y siniestros asociados con ella, entre ellos: anuarios de mortalidad y morbilidad publicados por el Ministerio del Poder Popular para la Salud, anuarios estadísticos sobre siniestros viales emanados por el Instituto Nacional de Tránsito Terrestre, entre otras informaciones que resultan relevantes y totalmente pertinentes, asociadas con la infraestructura vial y el estado de la misma: parque automotor, censo nacional de motorizados, censo nacional de vehículos, en- tre otros.
- Desarrollar políticas públicas y campañas basadas en datos oficiales y recientes de Venezuela.Son muchas las tareas que se pueden empezar a hacer para reducir los riesgos y afecciones causadas por los siniestros viales. Para empezar: tomar conciencia de la importancia que tiene la seguridad vial como una de las principales causas de muerte o discapacidad en jóvenes y niños. En segundo lugar, sería necesario empezar a realizar labores comunes entre todos los entes y organizaciones involucradas e interesadas, tanto públicos como privados, con el fin de sumar esfuerzos y contribuir de manera creciente en la búsqueda de soluciones plausibles a la alta siniestralidad vial en nuestro país.
Tomado del IV Informe sobre la situación de seguridad vial en Venezuela, Observando desde la sociedad civil 2015.
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